lunes, 25 de diciembre de 2006

Mito de



Al nacer Edipo, el Oráculo de Delfos auguró a su padre, Layo, que aquel, al crecer, le daría muerte y desposaría a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, ordenó a un súbdito que matara a Edipo. Apiadado de él, en vez de matarlo, el súbdito lo abandonó en el monte Citerón, colgado de un árbol por los pies. Un pastor halló el bebé y lo entregó al rey Pólibo de Corinto. Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa "de pies hinchados" por haber estado colgado. Al llegar a la adolescencia, Edipo, por habladurías de sus compañeros de juegos, sospechó que no era hijo de sus pretendidos padres. Para salir de dudas visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino.


Emprendió así un viaje y en el camino hacia Tebas, Edipo se encuentró al rey Layo en una encrucijada y discutieron por la preferencia de paso. Edipo lo mató sin saber que era el rey de Tebas, y su propio padre. Más tarde Edipo encuentró a la esfinge (un monstruo que daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos) atormentando al reino de Tebas. La pregunta de la esfinge fue: "¿cuál es el ser vivo que camina a cuatro patas al alba, con dos al mediodía y con tres al atardecer?", Edipo respondió correctamente: "es el hombre". La esfinge, furiosa, se lanzó al vacío y Edipo fue nombrado el salvador de Tebas. Como premio, Edipo fue nombrado rey y se casó con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre con la que tendría cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismene y Antígona.


Al poco tiempo, una terrible plaga cayó sobre la ciudad, ya que el asesino de Layo no había pagado por su crimen y contaminaba con su presencia a toda la ciudad. Edipo entonces decidió averiguar quién era el culpable, y gracias a Tiresias descubrió que en realidad era hijo de Yocasta y Layo y que fue él mismo el asesino que andaba buscando. Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se quitó la vida colgándose en el palacio. Horrorizado, Edipo con los broches del vestido de Yocasta se arrebató los ojos y abandonó el trono de Tebas, escapando al exilio.

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